Año: 2017-2019
Temporadas: 3
Capítulos: 25
Duración: 50 minutos.
País: USA
Productora: Paramount Pictures. Distribuidora: Netflix
Creador: Daniel Handler, basado en las novelas de Lemony Snicket
Género: Comedia, Drama
Una serie de catastróficas desdichas relata la trágica historia de los huérfanos Baudelaire —Violet, Klaus y Sunny—, cuyo malvado tutor, el conde Olaf, no se detendrá ante nada para adueñarse de su herencia. Los hermanos tienen que adelantarse siempre a Olaf, desbaratando todos sus planes y argucias, para descubrir pistas sobre la misteriosa muerte de sus padres.
Intro
Quiero dar las gracias a Netflix por rescatar del olvido Una serie de catastróficas desdichas y darle una oportunidad. Esta serie no tiene nada que ver con la película de 2004, con Jim Carrey como protagonista, donde no supieron explotar todos sus elementos y se quedó en un "quiero y no puedo" totalmente inconcluso.
La ambientación de estilo gótico fue el primer aspecto que me llamó la atención y empecé la serie por simple curiosidad. Me enganché casi sin dame cuenta y, aunque al principio parece absurda, resulta que la trama sí tiene su miga. Es una historia retorcida y divertida a partes iguales gracias a los constantes toques de humor negro, la inocencia y sabiduría de los niños (Sunny tiene algunas observaciones geniales en la tercera temporada), y la torpeza del conde Olaf, con esos disparatados disfraces para no ser descubierto.
En la película el conde Olaf se limitaba a hacer payasadas y Jim Carrey no inspiraba ni por un sólo instante el miedo y respeto que debería. En cambio, el bueno de Neil Patrick Harris le da a su interpretación un toque siniestro, entre divertido y peligroso, que deja claro que no puedes perderlo de vista en ningún momento.
Se nota que el trío de niños protagonistas está bastante verde en cuanto a interpretación (y ya ni hablemos del croma que utilizan para reducir las apariciones del bebé), pero es un alivio comprobar que van mejorando a medida que avanzan las temporadas. Se nota que realmente se meten en sus papeles, ¡y ni punto de comparación cuando llega el final de la serie!
Mención especial al narrador, Lemony Snicket, que con su sobriedad, las puntualizaciones en el significado de las palabras, las advertencias y los comentarios sarcásticos, aporta un tono amargo a la serie que nos recuerda que esto no va a ser un cuento de hadas.
Gracias a una buena distribución de la trama, no sientes en ningún momento los famosos "capítulo de relleno". Al contrario, todo está debidamente dosificado y, poco a poco, van profundizando en la personalidad tanto de personajes principales como de secundarios. Por otra parte, los diálogos son entre absurdos y delirantes, llenos de humor negro y mucho sarcasmo. Con varias referencias literarias, musicales y teatrales (Arthur Conan Doyle, Agatna Christie, Verne, Hergé, Tolstói... algún detalle de Poe, Chesterton o Lovercraft)
Los elementos que no varían y sirven para conectar todo son la soledad, desesperanza e impotencia de los niños, que deben enfrentarse a un sinfín de desgracias debido a la ineptitud, avaricia o estupidez de sus tutores. Están solos en el mundo, un psicópata les persigue y nadie les cree. A pesar de lo duro que puede resultar, en la serie han decidido tratarlo con "una de cal y otra de arena", es decir, no han suavizado nada pero tampoco se han cebado en que todo sale mal.
En conclusión, estoy muy satisfecha con esta serie. Me aportó mucho más de lo que yo esperaba en sus inicios. Me hizo reír y llorar, preocuparme por el destino de los protagonistas, rabiar por las muertes de algunos de los personajes y, ante todo, reflexionar sobre la dureza y frialdad del mundo, siempre llenos de misterios y secretos.
Ahora quiero comentar momentos concretos de la serie, por tanto, si no la has visto no sigas leyendo.
Creo que en cada temporada hay momentos cumbres. A lo largo de toda la primera temporada me tuvieron bien engañada con las breves apariciones de "los padres" y, cuando llega el desenlace, resulta que ni son sus padres ni los van a rescatar. ¡Chapó! Los niños Baudelaire siguen solos en el mundo y nuestra esperanza pisoteada sin piedad. ¡Nunca he sido tan gloriosamente engañada!
De la segunda temporada me partió el corazón la muerte de la bibliotecaria, devorada por leones azuzados por el Conde Olaf; ahí lo odié de verdad. La señorita Caliban era uno de mis secundarios favoritos junto con los trillizos Quagmire.
Y de la tercera, me quedo con la muerte del conde. Me conmovió muchísimo, fue triste y bonito al mismo tiempo, sobretodo sus últimas palabras al morir: "La noche tiene mil ojos y el día uno sólo, sin embargo, la luz del brillante mundo muere con el sol moribundo. La mente tiene mil ojos y el corazón nada más uno, y la luz de una vida entera muere cuando el amor se rompe."
Y de la tercera, me quedo con la muerte del conde. Me conmovió muchísimo, fue triste y bonito al mismo tiempo, sobretodo sus últimas palabras al morir: "La noche tiene mil ojos y el día uno sólo, sin embargo, la luz del brillante mundo muere con el sol moribundo. La mente tiene mil ojos y el corazón nada más uno, y la luz de una vida entera muere cuando el amor se rompe."
Al llegar los créditos, sentí un sabor totalmente agridulce. Aunque no he leído los libros, me he informado sobre ellos y resulta que el final de la saga es totalmente abierto. Jamás se sabe el contenido del Azucarero ni si los Baudelaire sobreviven en el océano. Esto fue totalmente intencionado por parte del escritor, Daniel Handler, que quería dejar bien clara esa sensación de incertidumbre y preguntas sin respuesta que abundan a lo largo de la vida. Por tanto, prefiero el final de la serie porque cierra toda la trama y no deja cabos sueltos.
La cuestión es que el escritor quiso aprovechar esta serie para "arreglar" las lagunas o incongruencias que había en sus libros, como introducir los orígenes de la organización VFD desde el principio de la historia (una trama que se le ocurrió sobre la marcha mientras escribía la saga), descubrimos qué es el famoso Azucarero y su contenido (no me sorprendió descubrir que era azúcar), vemos el reencuentro de los hermanos Quagmire y el destino de los secuaces de Olaf...
En conjunto, es una serie maravillosa pensada más para adultos que para niños, a los que les gusten el humor absurdo, las aventuras, el misterio y un toque trágico.
Saludos ;)
1 comentario:
¡Hola!
La verdad es que a mi la peli me gustó, la vi hace muchos años pero recuerdo que me divertí en el cine. La serie no la he visto, pero Neil Patrick Harris es un actorazo y seguro que lo clava.
¡Me alegro que mejore con las temporadas!
Besos
Alejandra - Creando Océanos
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