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jueves, 7 de noviembre de 2019

El retrato de Dorian Gray




  • Autor: Oscar Wilde
  • ISBN: 978-84-9764-4679
  • Edimat Libros
  • Año: 2004
  • 312 págs.
  • Precio: 3.95€



El retrato de Dorian Gray es una novela representativa de la decadencia humana, del triunfo conseguido sin importar los medios y las formas de la pasión olvidándose de los demás. Sin embargo, todos los seres humanos poseemos un alma y una conciencia. ¿Qué ocurriría si esta pudiera mostrarse por medio de una pintura o transformando la fisonomía a medida que la carcoma del mal se haga presente en el cuerpo?



La trama gira en torno a tres personajes: Dorian es el joven y apuesto protagonista, Basil es el pintor que crea su retrato y lord Henry es un buen amigo del pintor, con unas curiosas ideas acerca de la existencia humana que deslumbran a Dorian. 
En lo relativo al retrato, no sucede nada relevante hasta más allá del primer tercio de la novela y, una vez descubierto el pastel, Dorian llega demasiado rápido a la conclusión de que el retrato está conectado con su alma. Cualquier persona pensaría otras razones, pero él acierta a la primera y es un hecho que me pareció bastante chocante y oportuno. Tampoco entendí muy bien cómo se crea semejante conexión, pero bueno... es cuestión de tener fe y creer las explicaciones del autor.

Al disponer de todo el tiempo del mundo, el protagonista lo ocupa con diferentes temas: lectura de estudios, conciertos de música, colección de perfumes, joyas, tapices y bordados, ropas... lo que me extraña es que pueda permitirse tal cantidad de recopilaciones.
Al tener la oportunidad de disfrutar la vida sin inhibiciones y sin privarse de placeres ni deseos, sirve como punto de partida para que el autor explore los beneficios y las consecuencias de tal estilo de vida. El tema central de su novela es la búsqueda constante de la perfección del hombre sin importar a quiénes se pisotea por el camino. Curiosamente, en ningún momento se especifica cuáles son los actos que poco a poco acaban corrompiendo el alma de Dorian. El autor también nos presenta una sociedad vanidosa que rápidamente juzga y sentencia a aquellas personas que, por ejemplo, tienen una nariz prominente o no disfrutan de un cutis suave.

Desde el principio encontramos conversaciones filosóficas que tratan diferentes aspectos de la vida: la juventud y la vejez, la belleza y la decrepitud, la inteligencia, la diversión, el placer, el amor, la felicidad... entrando en conflictos morales, éticos y existencialistas tan propios del siglo XIX. Esto lo convierte en un clásico con mayúsculas, es decir, una lectura pausada y al mismo tiempo interesante.
No obstante, aunque los diálogos son enriquecedores y te hacen reflexionar o te dejan fascinado, las conversaciones y descripciones son un tanto recargadas y artificiosas. La lectura se hace lenta y en ocasiones pesada. Además, el autor es excesivamente machista en sus reflexiones. Las mujeres no sólo son débiles, dramáticas y melancólicas, también las califica de estúpidas y primitivas.

Este libro no se ha convertido en uno de mis favoritos principalmente porque no logré simpatizar con Dorian en ningún momento. No me atrajo su personalidad. Al principio se muestra como un niñato remilgado y caprichoso, luego se convierte en un adulto egoísta, insensible y frívolo. 
En cambio, sí me gustó lord Henry. Admito que es un completo manipulador, pero también inteligente y su forma de expresarse me dejó admirada.

Aunque El retrato de Dorian Gray me ha gustado, y es sin duda una buena obra, lamento decir que no ha sido un clásico que me haya dejado huella. Opino que se trata de un libro que debes saborear en pequeñas dosis si no quieres acabar sobrepasado y, una vez terminado, hay que dejarlo reposar. Ahí es cuando extraes  todo su jugo.

Saludos ;)

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