El Hobbit

• Autor: JRR Tolkien
• ISBN: 978-84-4507-380-3
• Editorial Minotauro
• Año: 2002
• 288 págs.
• Libro autoconclusivo.
• Precio: 20.95€ (Tapa dura)

El mago Gandalf y una compañia de enanos han llevado a Bilbo muy lejos de la vida cómoda y despreocupada de Bolsón Cerrado, cuando de pronto el hobbit se encuentra comprometido en una peligrosa aventura: robar el tesoro de Smaug el Magnífico, un dragón enorme y muy peligroso. Aunque interviene de mala gana, Bilbo sorprende a todos por su habilidad e inventiva. Lo que Bilbo no sabe es que el anillo que encontró en el camino será el principio de otra gran aventura... El Señor de los Anillos.

Al empezar la lectura no podía evitar hacer continuas comparaciones entre el libro y las películas, pero me di cuenta de que si seguía así no iba a disfrutar mucho. Aún así, comentaré que muchas escenas las han cambiado, bajo mi punto de vista, para mejor. En el libro son muy cortas y faltas de acción, incluso sosas y pesadas.

El Hobbit es un cuento infantil y, como tal, incluye las explicaciones justas que necesita la trama pero no se demora con los detalles. Lo que más me ha gustado es la evidente evolución de Bilbo. Al principio era un hobbit rutinario y acomodado que se echaba a temblar ante la mención de la palabra aventura, pero cambia a medida que se desarrolla la historia, convirtiéndose en alguien más fuerte, valiente y valioso para el grupo. En general los personajes están bien y los que más destacan por su personalidad son Galdalf y Thorin.

El viaje, el entorno, las montañas, el cielo... Todo lo puedes imaginar con precisión gracias a las descripciones. Sin embargo, no puedo decir lo mismo de los enanos; saber que tienen barba blanca, azul o amarilla no me dice nada. Suerte que vi antes las películas y podía asociar cada enano con su nombre, porque sus descripciones son casi inexistentes. 
El vocabulario es simple, bello y cuidado, aunque en las conversaciones sobran muchas exclamaciones, dan la sensación de que los personajes están emocionados a todas horas.

Es un libro entretenido, perfecto para adentrarse en el mundo de Tolkien. Sin embargo, es uno de esos casos extraordinarios en el que me gusta más la película. El Hobbit no deja de ser un cuento, una historia infantil que un padre escribió para sus niños. Por esa razón prefiero las películas porque están enfocadas a todo el público, son más adultas, completas y épicas, precisamente todo lo contrario al libro.

Saludos ;)