- Autor: Jonathan Swift
- ISBN: 978-84-9764-7007
- Edimat Libros
- Año: 2007
- 376 págs.
- Precio: 3.95€
Hace ya muchos años, cuando Inglaterra era una potencia mundial que atravesaba los mares del planeta en busca de tierras desconocidas, un viajero incansable llamado Gulliver desembarcó en varios lugares remotos. El primer destino fue el reino de Lilliput, una tierra donde todo es muy pequeño y donde él se siente un gigante torpe pero poderoso.
Me sorprendió bastante que, ya en el primer capítulo, el autor narra prácticamente toda la vida del protagonista. Lo conocemos siendo un niño y en un instante vemos cómo crece hasta ser un adulto con mujer e hijos. Todo sucede demasiado rápido, dando la sensación de que el autor tenía prisa por quitarse las presentaciones e ir al meollo de la cuestión.
En la primera parte de la novela, cuando Gulliver llega a Lilliput, constantemente describe el tamaño de las gentes, ropas, caballos, utensilios y construcciones. Lo malo es que me pierdo con las medidas, no sé cuánto es una pulgada, pie o yarda... (así que me he imaginado todo a la escala que he querido), pero la lectura se hace bastante cargante y tediosa, sobretodo al principio, precisamente por esta manía de describir las medidas de absolutamente todo lo que sale en la historia. ¡Se hace tan pesado que incluso llegué a odiarlo! Estuve muy cerca de abandonar esta novela y la solución fue dejarla en pausa durante una semana para despejarme. ¡Y funcionó! Creo que si el lector sobrevive a esta primera parte del libro, significa que podrá terminarla sin más problemas.
Gulliver representa la versión antigua de la famosa frase “voy a por tabaco”. Tengo la impresión de que este hombre no era muy familiar y se aburría rápidamente en su casa. Por esa razón, se embarcaba en el primer navío que marchaba a tierras lejanas para no volver hasta pasados varios años. Luego regresaba para estar un par de meses con su familia (hasta que volvía a aburrirse y vuelta a empezar) Por otra parte, es un hombre bastante peculiar. Sin importar su tamaño, se muestra siempre servil y amable, regalando la oreja a emperadores y reyes. Rápidamente acepta prestar sus servicios (incluso para convertirse en esclavo) y parece que nunca le molesta ser mangoneado por unos y otros. Resulta irritante que esta conducta se repita una y otra vez en cada nuevo destino que visita. En cambio, a medida que avanzan sus viajes, llega un punto que reniega del ser humano debido a la gran admiración que siente por el pueblo de los Houyhnms. Es un tanto desconcertante...
Es innegable la gran imaginación del autor. Esta obra fue concebida como una sátira, es decir, una burla contra la vanidad y la hipocresía de los ingleses y los partidos políticos de su tiempo. Un claro ejemplo de dicha burla lo encontramos en las ridículas disputas entre los países Lilliput y Blefuscu, los cuales están en guerra porque unos rompen los huevos de una forma u otra, o porque usan zapatos con tacones más o menos altos. Sin embargo, pocas veces podemos encontrar las sátiras de forma tan clara. El autor critica numerosos temas (guerra, política, religión, moralidad, la naturaleza del ser humano...), pero los maquilla de una forma tan exagerada que muchas veces pasan desapercibidos para el lector, y supone un cansino ejercicio mental intentar buscarle el sentido a las locuras que relata. No puedo negar que me ha parecido un libro curioso, lleno de aventuras y civilizaciones extrañas, pero también ha sido todo un reto.
Creo que queda claro que no me ha gustado. Me esperaba un libro de aventuras, algo así como La isla del tesoro. Pero éste no me parece un libro para niños, en absoluto. Quizá las versiones infantiles sean más simpáticas y amables con el lector, pero el original desde luego no lo es.
Gulliver representa la versión antigua de la famosa frase “voy a por tabaco”. Tengo la impresión de que este hombre no era muy familiar y se aburría rápidamente en su casa. Por esa razón, se embarcaba en el primer navío que marchaba a tierras lejanas para no volver hasta pasados varios años. Luego regresaba para estar un par de meses con su familia (hasta que volvía a aburrirse y vuelta a empezar) Por otra parte, es un hombre bastante peculiar. Sin importar su tamaño, se muestra siempre servil y amable, regalando la oreja a emperadores y reyes. Rápidamente acepta prestar sus servicios (incluso para convertirse en esclavo) y parece que nunca le molesta ser mangoneado por unos y otros. Resulta irritante que esta conducta se repita una y otra vez en cada nuevo destino que visita. En cambio, a medida que avanzan sus viajes, llega un punto que reniega del ser humano debido a la gran admiración que siente por el pueblo de los Houyhnms. Es un tanto desconcertante...
Es innegable la gran imaginación del autor. Esta obra fue concebida como una sátira, es decir, una burla contra la vanidad y la hipocresía de los ingleses y los partidos políticos de su tiempo. Un claro ejemplo de dicha burla lo encontramos en las ridículas disputas entre los países Lilliput y Blefuscu, los cuales están en guerra porque unos rompen los huevos de una forma u otra, o porque usan zapatos con tacones más o menos altos. Sin embargo, pocas veces podemos encontrar las sátiras de forma tan clara. El autor critica numerosos temas (guerra, política, religión, moralidad, la naturaleza del ser humano...), pero los maquilla de una forma tan exagerada que muchas veces pasan desapercibidos para el lector, y supone un cansino ejercicio mental intentar buscarle el sentido a las locuras que relata. No puedo negar que me ha parecido un libro curioso, lleno de aventuras y civilizaciones extrañas, pero también ha sido todo un reto.
Creo que queda claro que no me ha gustado. Me esperaba un libro de aventuras, algo así como La isla del tesoro. Pero éste no me parece un libro para niños, en absoluto. Quizá las versiones infantiles sean más simpáticas y amables con el lector, pero el original desde luego no lo es.
Saludos ;)
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