Julya sacó las llaves del contacto, salió del coche y luego lo cerró. Alexander le había dado un toque al móvil para que supiera que ya estaba en clase. Al llegar vio que estaba tumbado a gusto sobre su mesa, ella se sentó en la contigua, dando la espalda a la pizarra y con los pies sobre el respaldo.
—Pareces cansado —comentó July, esbozando una sonrisa—. Cualquiera diría que hoy es viernes.
—Es que no me he tomado mi coca-cola.
—Tu chute, diría yo. —Alex rió por lo bajo—. Estás tan dormido que no has dicho ni hola.
Entonces se levantó del asiento y se estiró para darle dos besos. El primero selló su mejilla, el segundo quiso hacerlo en los labios, pero titubeó y se detuvo a escasos centímetros.
Toda chica imagina desde niña su primer beso. Julya también lo había hecho, sólo que nunca le había puesto cara al chico, no era lo importante... Quiere más... Y ella se lo dio.
Se besaron.
En las películas, cuando una pareja se besaba por primera vez, siempre se oía una preciosa canción que armonizaba a la perfección con la situación y los sentimientos que ambos experimentaban. Pero Julya no oyó nada, sólo hubo silencio.
Al instante, Alex abrió la boca y metió la lengua con una fuerza que incomodó a Julya, quien se vio arrastrada por la sensación de asco. ¡Vas muy deprisa! Al final se separaron y ella lo agradeció enormemente; se sentía torpe y... no le había gustado.
—Pareces cansado —comentó July, esbozando una sonrisa—. Cualquiera diría que hoy es viernes.
—Es que no me he tomado mi coca-cola.
—Tu chute, diría yo. —Alex rió por lo bajo—. Estás tan dormido que no has dicho ni hola.
Entonces se levantó del asiento y se estiró para darle dos besos. El primero selló su mejilla, el segundo quiso hacerlo en los labios, pero titubeó y se detuvo a escasos centímetros.
Toda chica imagina desde niña su primer beso. Julya también lo había hecho, sólo que nunca le había puesto cara al chico, no era lo importante... Quiere más... Y ella se lo dio.
Se besaron.
En las películas, cuando una pareja se besaba por primera vez, siempre se oía una preciosa canción que armonizaba a la perfección con la situación y los sentimientos que ambos experimentaban. Pero Julya no oyó nada, sólo hubo silencio.
Al instante, Alex abrió la boca y metió la lengua con una fuerza que incomodó a Julya, quien se vio arrastrada por la sensación de asco. ¡Vas muy deprisa! Al final se separaron y ella lo agradeció enormemente; se sentía torpe y... no le había gustado.
Estaba decepcionada, desencantada. Uno de los momentos más importantes de su vida, ¡El primer beso, nada menos!, había sido una auténtica mierda...
Sin darse cuenta llegaron los amigos de ambos. Como Alex se había traído el portátil y Julia prefería no estar muy cerca del Ironías -no fuera a tener otra rabieta-, fue a sentarse con Andrew.
Aquel día, Nathan estaba más apagado de lo normal: sus labios sonreían, pero sus ojos no.
—¿Qué te pasa?
De nuevo sonrió. Hizo un aspaviento con la mano para quitarle importancia al asunto, pero ella no lo dejaría correr.
—Vengaaa...
Nathan confesó a regañadientes que no estaba avanzando con Amy, la chica que le gustaba desde hacía unos meses. Quería pedirle salir, pero no estaba seguro ni siquiera de si le interesaba.
—Lanza una indirecta. Por suerte las chicas suelen captarlas mejor que vosotros —dijo con picardía, chinchándole con un dedo en el hombro.
—¿Cómo?
—Pregúntale si tiene novio, como hice con él —dijo ella, señalando a Alex, quien aterrizó en la conversación.
—¿Cómo?
—Pregúntale si tiene novio, como hice con él —dijo ella, señalando a Alex, quien aterrizó en la conversación.
—¡Fue todo un canteo! —gritó con una sonora carcajada.
Julya se lo quedó mirando un segundo. Hasta entonces no había dicho que le pareció algo tan escandaloso.
—Pero bien que funcionó —añadió ella al final.
Nathan se removió en el sitio, sopesándolo.
Nathan se removió en el sitio, sopesándolo.
Durante el descanso, Julya aprovechó para acercarse al trío de viciados, cuyas cabezas ni siquiera asomaban por encima de la pantalla. Qué novedad...
Como siempre, tenía las manos heladas, así que se las puso a Alex en el cuello para fastidiar un poco, pero la sorpresa se la llevó ella.
—¡Estás ardiendo! —exclamó, un tanto preocupada.
—Lo sé.
—¿Seguro que estás bien? —preguntó mientras se inclinaba. Una cascada de pelo castaño se interpuso entre él y el juego.
—Sí... Mi temperatura corporal el superior a lo normal—aseguró, levantando la cabeza y mirándola a los ojos—. Ya te acostumbrarás.
¿Que ya me acostumbraré? Julya se enderezó. Aún estaba esperando que le pidiera salir, pero parecía que Alexander lo daba por sentado...
—Bueno... Me voy, que empieza la clase otra vez. Luego regreso.
—¡Más te vale!
4 comentarios:
A esto me refiero cuando digo que es distinto =)
Me ha encantado como de costumbre!! =) muy buenaaa ^^
Por cierto el diseño de la página ha mejorado, da gusto meterse ^^
¡Sí que da gusto leer tus comentarios! ¡Gracias por animarme a seguir con la historia! :D
Aunque debo advertir que he decidido terminar con el mes de mayo (medio año me parece suficiente)
Saludos ;)
En mayo se acaba??
Al final si ke sera una sorpresa el final... espero ke este a la altura!! :)
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