Los sollozos me conducen hasta el sótano. De nuevo la bestia ha tomado el aspecto de niña, pero esta vez no grita, tan sólo llora en silencio. Se restriega las manos constantemente, tratando de borrar las lágrimas y apartarse el pelo del rostro. Ya no da miedo, sino lástima.
Percibe mi presencia y se gira hacia mí, pero al segundo vuelve a darme la espalda.
"Estás triste"
Murmura sin mirarme.
Murmura sin mirarme.
Cierto, estoy triste. Por eso me encuentro aquí, pero no quiero reconocerlo.
"¿Por qué estás triste?"
Inclina un poco la cabeza, espiándome entre los oscuros mechones de pelo.
"No lo sé. Dímelo tú"
"Te sientes sola. Necesitas cariño"
De nuevo acierta, pero eso no es todo cuanto me preocupa.
"Quieres estar con él"
De nuevo acierta, pero eso no es todo cuanto me preocupa.
"Quieres estar con él"
"Ya he estado. Hace apenas unas horas."
"Pero no ha sido suficiente, si no yo dormiría ahora mismo y no estarías llorando por dentro."
Prefiero guardar silencio. Odio que me conozca tan bien.
"Quieres que te abrace como antes, que lo haga con cariño. Que te envuelva y te estreche como si fuera un escudo contra todo mal. Contra la tristeza... No como hoy, que ha sido flojo y sin ganas, para que estuvieras satisfecha, pero no ha sido así. Tú querías más, pero te da miedo abusar de su amabilidad, de agobiarle con tu timidez y tus inseguridades."
"Calla"
Suplico sin fuerzas.
Suplico sin fuerzas.
"¿Tienes miedo de que su amor esté desapareciendo?"
"Cállate"
Consigo decirlo con un poco más de convicción.
Consigo decirlo con un poco más de convicción.
"¡Vaya! Hemos dado con la clave."
Se regocija en su descubrimiento. Ya no llora. En su lugar se acerca a los barrotes de la jaula y me observa fijamente.
"Me gustaría mucho verte asustada, aterrorizada. A ver qué aspecto tendría yo..."
Se regocija en su descubrimiento. Ya no llora. En su lugar se acerca a los barrotes de la jaula y me observa fijamente.
"Me gustaría mucho verte asustada, aterrorizada. A ver qué aspecto tendría yo..."
"¿Te he molestado?"
Sus labios negros dibujan una macabra sonrisa de satisfacción. Sus ojos se vuelven más grandes y amenazadores. Unos ojos que conozco bien.
Sus labios negros dibujan una macabra sonrisa de satisfacción. Sus ojos se vuelven más grandes y amenazadores. Unos ojos que conozco bien.
"Estoy cansada de oirte hablar"
"No. No soportas que tenga razón."
Su sonrisa deja al descubierto una hilera de dientes grandes y afilados.
"Sabes que la tengo"
Su sonrisa deja al descubierto una hilera de dientes grandes y afilados.
"Sabes que la tengo"
"Me voy a dormir... Estoy cansada"
Doy media vuelta.
Doy media vuelta.
"¡Eso! ¡Vete! ¡Lárgate!"
Ruge a mis espaldas. Está dejando de ser una niña para volver a ser una bestia enfurecida.
"¡Déjame sola en la oscuridad de tu corazón!"
Ruge a mis espaldas. Está dejando de ser una niña para volver a ser una bestia enfurecida.
"¡Déjame sola en la oscuridad de tu corazón!"