- Autor: Christopher Paolini
- ISBN: 978-84-9918-3398
- Roca Editorial
- Año: 2011
- 811 págs.
- Legado #4
- Precio: 24€
No hace tanto tiempo, Eragon no era más que un pobre muchacho que vivía en una granja y su dragon, Shapira, era una piedra azul oculta en el bosque. Ahora, el destino de una civilización recae sobre sus hombros.
Los largos meses de entramiento y batallas les han traído victorias y esperanza, también pérdidas terribles. Pero la verdadera batalla aún no ha llegado: deberán enfrentarse a Galbatorix. No habrá una segunda oportunidad.
El Jinete y su dragona han llegado mucho más lejos de lo que nadie se atrevía a imaginar. ¿Podrán derrocar al malvado Rey y devolver la justicia a Alagaesia? De ser así, ¿cuál será el precio que tendrán que pagar?
Con este libro por fin lleganos al final de la historia de Eragon, Saphira, Roran, Arya, Murtagh, Nasuada, Orik... Un final terriblemente triste para mí. El libro es emocionante y majestuoso, pero al terminarlo también he cerrado un capítulo de mi infancia y no creía que fuera a sentirme tan apenada y vacía.
Tal como temía, el libro empieza en la misma línea lenta e inalterable de Brisingr. No soporto que en todos los capítulos aparezca una pelea. Entiendo que en aquellos donde se conquistan pueblos y ciudades haya una buena batalla, pero no es necesario que el autor explique cómo se entrenan con la espada Eragon y Arya. Eso es relleno puro y duro, y no interesa en absoluto. La historia no avanza hasta la conquista de Dras-Leona y el secuestro de Nasuada, donde se dispara al instante la emoción del lector y la trama se pone muy interesante. Al pasar de las 300 páginas por fin fue desapareciendo el regusto amargo que me quedó con el tercer libro.
A lo largo de estos años, el autor ha adquirido una madurez narrativa impresionante y en el último libro consolida cada elemento que ha creado para que encaje en su lugar, nada queda en el tintero. En mi opinión, este es el mejor trabajo de Paolini. Una novela repleta de momentos de tensión y acción, que nos revelará los secretos mejor guardados de la saga y que nos depara grandes e interesantes sorpresas.
Si bien no cuenta con el "efecto descubrimiento" de Eragon, cada página de Legado recuerda a sus orígenes: acción constante, un ritmo muy bueno, giros que logran sorprender incluso a los veteranos de la fantasía, personajes que se consolidan y siguen asombrandonos... Vuelve a conseguir que nos enganchemos y leamos sin pausa; es díficil elegir cuándo ir a comer o al baño debido al ritmo constante que destila.
Con esta cuarta parte he vuelto a disfrutar como lo hice con el primer libro. He vuelto a quedarme maravillada por la prosa de este autor, que pese a la temprana edad con la que comenzó esta prometedora saga, ha conseguido culminar su trabajo y atraer muchos lectores con una atractiva idea sobre jinetes y dragones.
Un final digno para una saga tremenda. Como ya he comentado, tiene momentos lentos o de relleno, pero por suerte no son abundantes y son mucho más interesantes porque cuentan cosas que tendrán importancia más adelante. El final es perfecto, a pesar de toda la tristeza que lo envuelve.
Es evidente que Paolini se ha dejado unas cuantas jugadas guardadas (él mismo lo admite en los agradecimientos) para retomar más adelante la historia de Alagaesia.
El punto fuerte de este libro, así como de la saga, son los enfrentamientos y el amplio elenco. Los personajes son maravillosamente complejos. Roran, Nasuada y Murtagh terminan de evolucionar y trasmiten ricas sensaciones con sus deliciosos capítulos, en especial Roran. En cambio, nunca he aguantado a Arya (no la trago), y que se convierta en Jinete de dragón me molestó al principio, pero se me acabó pasando.
En cuanto a Galbatorix, me pareció muy acertado que no supieramos nada de él, ni siquiera físicamente, hasta el mismísimo final. Para ser una figura que ha creado tanta expectación a lo largo de los cuatro libros, ha sabido estar a la altura. En ningún momento me ha decepcionado y su muerte ha sido épica.
¿Cuál es el punto flojo de toda la saga? Eragon. El protagonista sigue sin encajar en el complejo mundo que Paolini ha creado. Da la sensación de que cada una se sus acciones tienen que estar justificadas, como si tuviera que pedir permiso por cada paso que da. Es un personaje que depende de todos los demás y no tiene iniciativa ni fuerza propias.
Si le tengo que poner una pega es el horrible trabajo de los traductores (¡sí, otra vez!) De nuevo había numerosas erratas, palabras mal escritas y otras ausentes. Y me sigue matando que traduzcan los nombres. Vamos a ver chicos: si un dragón se llama Thorn, no lo llaméis Espina. ¡Hostia ya! Que durante unos capítulos lo escribisteis bien, pero de nuevo me distéis una bofetada al ponerlo mal el resto del libro.
Queridos lectores, si habéis llegado hasta aquí espero que también estéis satisfechos con el final de la historia, y si todavía no la conocéis y realmente os gusta la fantasía épica, entonces dadle una oportunidad, porque es de lo mejorcito que encontraréis en muchos, muchísimos años. ¡Valió la pena la espera!
Saludos ;)
Tal como temía, el libro empieza en la misma línea lenta e inalterable de Brisingr. No soporto que en todos los capítulos aparezca una pelea. Entiendo que en aquellos donde se conquistan pueblos y ciudades haya una buena batalla, pero no es necesario que el autor explique cómo se entrenan con la espada Eragon y Arya. Eso es relleno puro y duro, y no interesa en absoluto. La historia no avanza hasta la conquista de Dras-Leona y el secuestro de Nasuada, donde se dispara al instante la emoción del lector y la trama se pone muy interesante. Al pasar de las 300 páginas por fin fue desapareciendo el regusto amargo que me quedó con el tercer libro.
A lo largo de estos años, el autor ha adquirido una madurez narrativa impresionante y en el último libro consolida cada elemento que ha creado para que encaje en su lugar, nada queda en el tintero. En mi opinión, este es el mejor trabajo de Paolini. Una novela repleta de momentos de tensión y acción, que nos revelará los secretos mejor guardados de la saga y que nos depara grandes e interesantes sorpresas.
Si bien no cuenta con el "efecto descubrimiento" de Eragon, cada página de Legado recuerda a sus orígenes: acción constante, un ritmo muy bueno, giros que logran sorprender incluso a los veteranos de la fantasía, personajes que se consolidan y siguen asombrandonos... Vuelve a conseguir que nos enganchemos y leamos sin pausa; es díficil elegir cuándo ir a comer o al baño debido al ritmo constante que destila.
Con esta cuarta parte he vuelto a disfrutar como lo hice con el primer libro. He vuelto a quedarme maravillada por la prosa de este autor, que pese a la temprana edad con la que comenzó esta prometedora saga, ha conseguido culminar su trabajo y atraer muchos lectores con una atractiva idea sobre jinetes y dragones.
Un final digno para una saga tremenda. Como ya he comentado, tiene momentos lentos o de relleno, pero por suerte no son abundantes y son mucho más interesantes porque cuentan cosas que tendrán importancia más adelante. El final es perfecto, a pesar de toda la tristeza que lo envuelve.
Es evidente que Paolini se ha dejado unas cuantas jugadas guardadas (él mismo lo admite en los agradecimientos) para retomar más adelante la historia de Alagaesia.
El punto fuerte de este libro, así como de la saga, son los enfrentamientos y el amplio elenco. Los personajes son maravillosamente complejos. Roran, Nasuada y Murtagh terminan de evolucionar y trasmiten ricas sensaciones con sus deliciosos capítulos, en especial Roran. En cambio, nunca he aguantado a Arya (no la trago), y que se convierta en Jinete de dragón me molestó al principio, pero se me acabó pasando.
En cuanto a Galbatorix, me pareció muy acertado que no supieramos nada de él, ni siquiera físicamente, hasta el mismísimo final. Para ser una figura que ha creado tanta expectación a lo largo de los cuatro libros, ha sabido estar a la altura. En ningún momento me ha decepcionado y su muerte ha sido épica.
¿Cuál es el punto flojo de toda la saga? Eragon. El protagonista sigue sin encajar en el complejo mundo que Paolini ha creado. Da la sensación de que cada una se sus acciones tienen que estar justificadas, como si tuviera que pedir permiso por cada paso que da. Es un personaje que depende de todos los demás y no tiene iniciativa ni fuerza propias.
Si le tengo que poner una pega es el horrible trabajo de los traductores (¡sí, otra vez!) De nuevo había numerosas erratas, palabras mal escritas y otras ausentes. Y me sigue matando que traduzcan los nombres. Vamos a ver chicos: si un dragón se llama Thorn, no lo llaméis Espina. ¡Hostia ya! Que durante unos capítulos lo escribisteis bien, pero de nuevo me distéis una bofetada al ponerlo mal el resto del libro.
Queridos lectores, si habéis llegado hasta aquí espero que también estéis satisfechos con el final de la historia, y si todavía no la conocéis y realmente os gusta la fantasía épica, entonces dadle una oportunidad, porque es de lo mejorcito que encontraréis en muchos, muchísimos años. ¡Valió la pena la espera!
Saludos ;)
3 comentarios:
No descarto leer esta saga, realmente me interesa desde hace tiempo. Pero me da pereza, quizás más adelante. Bessos
Una de mis sagas penientes de leer, y entiendo como te sentistes pues ami me ha sucedido lo mismo... saludos...
En algún momento me pondré con esta saga, que me llama bastante.
Besotes!!!
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