- Autor: Roald Dahl
- ISBN: 97884-2040-1447
- Editorial Alfaguara
- Año: 2008
- 200 págs.
- Precio: 14,95€
El señor Wonka, dueño de la magnífica fábrica de chocolate, ha escondido cinco billetes de oro en sus chocolatinas. Quienes los encuentren serán los elegidos para visitar la fábrica. Charlie tiene la fortuna de encontrar uno de esos billetes y, a partir de ese momento, su vida cambiará para siempre.
A pesar de lo famoso que es este libro, nunca pasó por mis manos cuando era niña. Por esa razón quise ver la película, allá por 2005, pero no me gustó nada y esto provocó que mi interés por la historia casi desapareciera. Ahora que han pasado más de diez años he decidido empezar el libro con bastantes ganas gracias al desafío Los niños perdidos.
Precisamente por tratarse de un relato infantil, me sorprendió la crudeza de la primera mitad de la historia: la pobreza en la que vive Charlie y su familia, los tremendos sacrificios para salir adelante... Es la parte más realista y dura de toda del relato.
Una vez que Charlie entra en la fábrica, la crudeza desaparece para ser sustituida por cantidades ingentes de fantasía disparatada. Aquí fue donde mi interés empezó a disminuir y donde los niños disfrutarán más de la lectura que un adulto.
Muchas personas caen en el típico error de tratar a los niños como si fueran tontos, pero Roald Dahl, aunque se dirige a ellos con ternura, no se anda por las ramas cuando tiene que describir la realidad. Los niños deben saber que en la vida suceden cosas buenas y malas. Me ha parecido interesante a la par que didáctico porque muestra diferentes valores que son muy importantes.
La historia es una crítica de la falta de educación de los niños y cómo algunos padres los convierten en unos pequeños caprichosos y egoístas, incapaces de preocuparse con alguien que no sea ellos mismos.
Una vez que Charlie entra en la fábrica, la crudeza desaparece para ser sustituida por cantidades ingentes de fantasía disparatada. Aquí fue donde mi interés empezó a disminuir y donde los niños disfrutarán más de la lectura que un adulto.
Muchas personas caen en el típico error de tratar a los niños como si fueran tontos, pero Roald Dahl, aunque se dirige a ellos con ternura, no se anda por las ramas cuando tiene que describir la realidad. Los niños deben saber que en la vida suceden cosas buenas y malas. Me ha parecido interesante a la par que didáctico porque muestra diferentes valores que son muy importantes.
La historia es una crítica de la falta de educación de los niños y cómo algunos padres los convierten en unos pequeños caprichosos y egoístas, incapaces de preocuparse con alguien que no sea ellos mismos.
Los capítulos son cortitos y la letra muy grande, por lo que la lectura avanza a buen ritmo. Lo único negativo que puedo señalar son las canciones de los Oompa Loompas. No me han gustaron nada. Al leer la primera la encontré innecesaria, además de muy larga, y ni me molesté en leer las demás.
Estoy segura de que es una lectura que hubiera disfrutado mucho más con 8 o 9 años, así que lo recomiendo para los más pequeños de la casa.
Saludos ;)
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