- Autor: Kenneth Grahame
- ISBN: 978-84-6675-2138
- Editorial Anaya
- Año: 2006
- 216 págs.
- Precio: 13.90€
Sin duda un clásico universal de la literatura infantil. Nos presenta el pequeño mundo en el que unos personajes tan entrañables como el fiel Topo, la inteligente Rata de Agua, el enloquecido Sapo y el sensato Tejón, muestran una exacta metáfora sobre los usos y costumbres de la Inglaterra victoriana de principios del siglo XX. El humor, la ternura junto a una narrativa hábil e ingeniosa, constituyen las señas de identidad de una obra tanto para niños como para adultos.
Aunque parezca una tontería, esta historia la descubrí por primera vez hace muchos años gracias a una película de Disney. De niña tenía muchas ganas de verla pero nunca llegué a hacerlo y es una espinita que se me quedó clavada desde la infancia. Por desgracia, con los años olvidé el título, así que al crecer tampoco di con ella... hasta ahora que he encontrado el libro.
En esta historia hay cuatro personajes importantes. Por un lado tenemos a la Rata, un tipo amable y despreocupado que adora navegar por el río, siempre acompañado por Topo, un animallillo más apocado y menos experimentado pero siempre dispuesto a vivir una aventura. El señor Sapo, rico heredero que vive en una gran casa de campo, es irresponsable y vanidoso, siempre enfrascado en sus pasatiempos. Por último está el sabio Tejón, el más mayor de todos y encargado de poner orden cuando la tranquilidad abandona el bosque.
Es indiscutible el sabor inglés de este libro. Los personajes son felices con sus sencillas vidas, apenas se interesan por el resto del mundo y la novedad está mal vista. Distinguimos claramente dos tipos de aventuras, por un lado, están las más agradables y sin demasiada importancia (suelen ser capítulos cortos) y luego todo lo relacionado con el Sapo, donde los capítulos son largos y tienen más peso en la trama. Es divertido ver como Sapo, siempre mintiendo y exagerando para sortear cualquier obstáculo, acaba metido en más líos. Una buena forma de mostrar a los niños que mentir sólo complica las cosas. Pero indudablemente es un sapo inteligente, le echa morro a todo y acaba sacando tajada de cualquier situación.
En esta historia hay cuatro personajes importantes. Por un lado tenemos a la Rata, un tipo amable y despreocupado que adora navegar por el río, siempre acompañado por Topo, un animallillo más apocado y menos experimentado pero siempre dispuesto a vivir una aventura. El señor Sapo, rico heredero que vive en una gran casa de campo, es irresponsable y vanidoso, siempre enfrascado en sus pasatiempos. Por último está el sabio Tejón, el más mayor de todos y encargado de poner orden cuando la tranquilidad abandona el bosque.
Es indiscutible el sabor inglés de este libro. Los personajes son felices con sus sencillas vidas, apenas se interesan por el resto del mundo y la novedad está mal vista. Distinguimos claramente dos tipos de aventuras, por un lado, están las más agradables y sin demasiada importancia (suelen ser capítulos cortos) y luego todo lo relacionado con el Sapo, donde los capítulos son largos y tienen más peso en la trama. Es divertido ver como Sapo, siempre mintiendo y exagerando para sortear cualquier obstáculo, acaba metido en más líos. Una buena forma de mostrar a los niños que mentir sólo complica las cosas. Pero indudablemente es un sapo inteligente, le echa morro a todo y acaba sacando tajada de cualquier situación.
Al tratarse de una fábula protagonizada por animales, el autor tiene problemas a la hora de describirlos. Primero tienen un tamaño normal y vemos cómo viven en madrigueras y pueden colarse en los huecos de los árboles. Pero de repente, también conducen coches, montan a caballo y charlan tranquilamente con humanos. El autor tendría que haberse ceñido a una cosa o la otra, pero las dos quedan muy raras. De todas formas, su pluma es agradable, pausada y en ocasiones tierna, pero no por ello simple. A lo largo de la narración incluye a propósito palabrejas raras con el objetivo de obligar al lector a buscar su significado y aumentar su vocabulario.
Dejando a un lado la historia, quiero centrarme un momento en las ilustraciones de esta edición. Lo lamento por Elena Odriozola, pero sus dibujos me parecen bastante feos. Leyendo otros libros infantiles he comprobado que contratan a ilustradores con un dudoso estilo. Sin ir más lejos, la edición ilustrada de Rebelión en la granja tiene unos dibujos horribles, incluso rozando lo grotesco. Ni siendo niña me habrían gustado.
Regresando a El viento en los sauces, aún con sus más y sus menos, la historia me ha gustado. Es una novela tierna con unos personajes entrañables que viven numerosas aventuras. Un cuento con un montón de valores para los más pequeños, que se divierten y aprenden al mismo tiempo. Por supuesto, ahora tengo que localizar la película para comprobar si es una buena adaptación.
Regresando a El viento en los sauces, aún con sus más y sus menos, la historia me ha gustado. Es una novela tierna con unos personajes entrañables que viven numerosas aventuras. Un cuento con un montón de valores para los más pequeños, que se divierten y aprenden al mismo tiempo. Por supuesto, ahora tengo que localizar la película para comprobar si es una buena adaptación.
Saludos ;)
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