TRADUCTOR

English French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

martes, 15 de noviembre de 2011

Miércoles - 26

Julya tenía una capacidad de concentración muy peculiar: disfrutaba de vista y oídos selectivos. Había aprendido a omitir todo aquello que no deseaba, ya fueran vistas desagradables -como antiguos compañeros de colegio con los que no hizo buenas migas- y ruidos molestos, entre muchas cosas... De hecho, aprovechaba esa capacidad para aislarse de todo el mundo en cuanto abría un libro.
—¡Llámale!
July levantó la vista al instante y miró a su izquierda: Chris estaba de pie junto a ella. ¿Qué pasa?  
Interesada por el tira y afloja entre sus dos compañeros, la joven puso el punto de lectura y dejó el libro sobre la mesa. Apoyó un brazo en su respaldo y los observó en silencio.
—¡Vamos, Xavier, llámale! —pidió Chris, entre divertido y frustrado.
—¡Hazlo tú! jajaja
La risa de Xavier era corta y seca, muy rara en él. Aunque era un chico al que le gustaba mucho sonreír, no era muy aficionado a las carcajadas. 

En realidad era un muchacho sociable, un "relaciones públicas" -aunque todo dentro de la formalidad porque, en realidad, nadie sabía mucho sobre él. No le gustaba llamar la atención ni contar nada sobre su vida.- y prácticamente conocía a media clase, lo cual era tarea casi imposible. 
Por el contrario, Chris era un chico reservado, callado la mayor parte del tiempo... Al menos hasta que cogía confianza y empezaba a mostrarse como un chico divertido y juguetón al que le gustaba pinchar a los demás y la juerga los fines de semana.
—Vale... —El susurró de Chris fue de auténtica derrota. Ya se lo pido yo. Dime cómo se llama.
Entonces Julya cayó en la cuenta: Chris quería perdirle algún favor a "el chico", pero no tenía el valor suficiente para hablar directamente con él y necesitaba a Xavier de intermediario.
El interés de July subió como la espuma. ¡Qué buena oportunidad para saber cómo se llama! Así no tendré que preguntárselo yo sin venir a cuento... 
Vio a Xavier esbozar una sonrisa fugaz y traviesa.
—Se llama Anthony.
Sí, claro. Y voy yo y me lo creo.
—¡Eh! ¡Anthony!
El chico, que hablaba con otro, ni se inmutó. Siguió con su charla como si tal cosa. 
Lo sabía... 
Xavier volvió a soltar su peculiar carcajada.
—No, venga. Lo llaman Justin.
—¡Justin!
Más de lo mismo...
En vista de que Xavier le estaba vacilando y no tenía la menor intención de decirle el nombre. Probablemente porque él tampoco lo sabe... Chris empezó a decir todos los que le venían a la cabeza con la esperanza de acertar.
—¡Evan! ¡Donald! ¡John! ¡George! ¡Albert! ¡Danny!
El chico, que regresaba al sitio que había elegido justo detrás de Julya, se lo quedó mirando. 
—¿Pero qué dices? —preguntó, alzando una ceja y mirándole como si estuviera loco.
Al final Chris cogió aire.
—¡No sé cómo te llamas!
—Alexander.
Julya empezó a reírse al mismo tiempo que se palmeaba una de las piernas.
—¡No has acertado ni uno!
Chris enrojeció un poco, lo justo para que todos los demás se sonrieran. Al final, con lo cortado que era, olvidó qué quería pedirle y se sentó. En situaciones así, su móvil era el mejor amigo del mundo y lo sacó al instante para perderse en él.
Alex, que no estaba muy seguro de lo que pasaba, se encogió de hombros, abrió su coca-cola matutina y luego tomó asiento.
No tardó mucho en regresar la calma propia que solía haber a las nueve de la mañana: ideal para pensar.

Alexander... Julya le observó de reojo y poco la faltó para ronronear como un gato satisfecho. Me gusta.

No hay comentarios: